Cuando ya no esté presente
no te aflijas por mi ausencia
recuérdame dulcemente
aunque sea sin mi presencia.
Pasarán los días
los meses y los años
sin que ocurran
amargos desengaños.
Así pasará el tiempo
y llegado su momento
el Señor nos reunirá
allá en la eternidad.
A.A.A.
P.D. Este es un poema que le gustaba a mi sobrino Chemo, quién lo leía muchas veces.
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