Por Arnaldo Alvarado Arreatgeui
Para que seas mi alegría
en la noche y en el día
al brindarme tu confianza
serás siempre mi esperanza
tanto en el atardecer
como en el amanecer.
Si tuvieras una duda
pídele a tu corazón
que no sea una amargura
sino siempre una ternura.
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